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No es la primera vez que hablo aquí del 23F, cómo lo viví, justo
al lado de Mónica y cenando con Jep y Amara. Tampoco el cruce de
miradas que mantuvimos Mónica y yo, y nuestra sonrisa de
complicidad. Eso no significa que tuviéramos consciencia de la
operación, sino que precisamente por no tenerla imaginábamos su
desenlace. Y a medida que fue saliendo el entramado, también cómo y
quien había montado el invento.
Tiempo después, no mucho por
cierto, cenando en el precioso y mágico sótano del Capitán, con
una tabla de quesos y escuchando la agradable música del pianista
ciego, entre risa y risa, y recuerdo y recuerdo, le explicamos
directamente lo que creíamos que había sucedido.
- Pienso igual que
vosotros – respondió sin más.
Fue entonces cuando Mónica y
yo supimos que habíamos acertado, aunque lo correcto sería decir
que la posibilidad de haberlo hecho había aumentado
considerablemente.
- ¡Con lo sencillo que hubiera sido explicar la verdad!
Y el Capitán se encogió de hombros, no
era de su incumbencia, y si los actores principales preferían ser
enterrados con su historia, nosotros no éramos quienes para contar
lo que imaginábamos, con una autoridad que no teníamos. Que como novela estaba bien, pero solo
eso.
Quien me conoce sabe que soy pirata, por lo cual no
creo en reyes, eso es evidente. Por mi modo de pensar los reyes no
deberían existir, igual que los presidentes de las repúblicas. De
hecho tampoco creo en las repúblicas representativas, que a mi modo
de ver solo sirven para prostituir la original idea de República.
Si
no creo en banderas y fronteras, cómo voy a creer en reyes o
individuos elegidos por una mayoría de sumisos, entre una terna
creada por notables, que sobreviven gracias a ellas. Pero de mi boca jamás saldrá una acusación en
la que no creo, sea contra el viejo rey o quien sea.
España es una
sociedad creada a través de bulos, donde la verdad no interesa
porque para el español medio carece de valor. Y el culpable es el
actor principal, que la esconde porque no sabe hacer otra cosa.
A
veces la verdad solo sirve para mostrar la cobardía de una sociedad
que solo piensa en sobrevivir. Y si para eso hay que creer en el
espíritu santo y la divina trinidad, pues arreando.
Y cambiando
de tema. Que un régimen necesite explicar constantemente a su ciudadanía que es una democracia, solo tiene una explicación:
NO LO ES.
.
la demo que?
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