domingo, 27 de agosto de 2023

Una vida tranquila

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No hay día que no piense en mis amigos fallecidos, en nuestras conversaciones, en las soluciones que me propondrían en los muchos problemas que me van surgiendo. Quien me conoce (incluso en este sitio) sabe que suelo consultar sobre los temas más diversos a mis amigos de confianza, y más rápido que lento, me estoy quedando sin consejeros. A veces sueño con ellos, aunque en nada olvide todo lo “vivido” lo cual me causa bastante pena. No obstante, estoy seguro que de algo me sirve, instintivamente o porque mi subconsciente algo recuerda, sé que recibo consejos que luego me sirven para seguir mi vida, lo que hago, pienso y, sobre todo, siento.


En dos semanas Mila y yo partiremos de viaje en lo que había de ser nuestra última aventura. Había de ser porque anteayer me confesó que había pensado en otra para dentro de un año, más salvaje, brutal, auténtica. Yo, por supuesto, no quiero vivir situaciones traumáticas, aunque no lo fueran tanto para mi y mucho menos para ella. Con Mila he vivido mucho, muy intensamente, incluso al filo, pero ni mucho menos lo mismo que con Anna, Alvar o Lourdes. Aunque ahora, visto con la templanza que me da la edad, las vivencias con Mila hayan sido las más intensas y desafiantes, porque no eran de riesgo salvaje de solo unos instantes, días o semanas, sino del transcurso de toda una vida. Quizá Mila quiera saborear una aventura de mucho riesgo, ese que a los seres humanos normales les hace subir la adrenalina. El mes que viene lo sabré.


Ahora mi vida se limita a escribir sobre economía y medio ambiente, asesorar a empresas y a otras instituciones que prefiero no explicar; a cuidar a mis nietos e ir a la playa en bici, nudista por supuesto, y bañarme y conversar con una joven y ya vieja amiga a la que quiero como a una hija.
Como mis lectores pueden apreciar, mi vida se ha vuelto muy tranquila.

 

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miércoles, 7 de junio de 2023

MI ÚLTIMA AVENTURA

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El pasado 8 de enero escribí sobre la que sería mi última aventura, la de Mila seguramente no, ella es más joven y espero que tenga muchas más por delante. Por desgracia no ha sido posible, mis compañeros me pidieron crear una candidatura para la alcaldía de mi ciudad y presentarme como cabeza de lista, y no pude negarme. No explicaré aquí las vicisitudes que nos llevaron a decidir algo así. Debo confesar que no me hacía ninguna ilusión y que también, por desgracia, no conseguimos los votos suficientes. -Si alguien quiere que le explique el porqué y el cómo, no lo defraudaré, pero será por privado-

¿Por desgracia?
Si, por supuesto. Por poca ilusión que me hiciera, ha sido la gran oportunidad para impulsar la democracia directa desde un grupo municipal. Ahora solo podrá hacerse desde la calle y con recursos muy limitados.

¿Y la última aventura? ¿Qué queda de ella?
Pues la hemos pospuesto para septiembre. Ya tenemos los vuelos pagados.
Y es que lo primero que hice la noche del veintiocho de mayo, fue llamar a Mila para darle la buena nueva, y luego a mi hijo Al para que supiera lo que le venía encima.


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viernes, 2 de junio de 2023

¿RELACIONES AFECTIVO-SEXUALES?

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Hace años, más de diez, una joven amiga me dijo que lo nuestro había sido poliamor, una palabra entonces desconocida para mi.
¿Poliamor? ¿Y eso que es?
Me lo explicó y respondí que algo de ello había, pero ni enteramente ni en la mayoría de nuestras relaciones. Ahora, pasados muchos años de nuestra historia y con algunos de sus protagonistas desaparecidos, leo que en ciertos círculos “profesionales” se habla de “relaciones afectivo-sexuales”. Y me río del empeño por parte de esos “expertos”, en disfrazar con definiciones más o menos cultas lo que para nosotros se limitó a jolgorio entre un grupo de amigos y amigas bastante abierto, que se pasaron por el forro los prejuicios de la época.
¿A qué viene eso?
Pues que en uno de mis paseos por el río, un viejo amigo me ha llamado para saber de nosotros, lo cual ha sido bastante traumático, dado que al enumerar a los que hemos ido dejando por el camino, hombres de entre sesenta y ocho y setenta años, aparte de Carla con sesenta y uno, el pobre no paraba de exclamar: ¡no lo sabía, cómo no me he enterado!
En fin, ha sido muy triste, más para él, que de golpe ha descubierto que había de sacar un montón de nombres de su agenda. Sin embargo, no ha sido impedimento para decirme que lo “nuestro” (entrecomillo porque apenas participó, aunque no fuera óbice para marcarlo de por vida) había sido… no recuerdo las muchas palabrejas utilizadas a medida que yo le iba respondiendo: podría ser, pero no.

Es increíble lo que llegan a inventarse los “expertos” a saber de qué, para definir las distintas variantes afectivo-sexuales que existen en la humanidad. El empeño que ponen en dar nombre a cualquier cosa que el ser humano inventa para socializar o simplemente pasarlo bien entre amigos.

Finalmente, para hacerlo feliz, por no decir callar, terminé diciéndole, ¡eso último es lo que más se le parece!
¿La palabra?
Pues no la recuerdo, pero les puedo asegurar que se acercaba tanto como las demás. En cualquier caso, la conversación sirvió para recuperar un contacto olvidado, y para rememorar, con un poco de sonrisa y otro de tristeza, unas historias que jamás podré olvidar.

 

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domingo, 8 de enero de 2023

LA ÚLTIMA AVENTURA

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Si nada cambia este junio me lanzaré a mi última aventura, la primera decidida con tiempo y con Mila. Sin guerras por medio o, al menos, ninguna en ciernes por la zona, dado que es pacífica y altamente civilizada, aunque eso último y según mi experiencia nada tenga que ver.

A mediados de junio, con un poco de suerte Mila y yo saldremos en barco desde Gran Canaria rumbo a Cabo Verde, eso sí, en plena época de huracanes, en un viaje de aventura tranquila con mi amiga hermana. Y sí, ya sé, en velero y con riesgo de huracán. Pero ustedes ya nos conocen, algo picante había que darle al viaje, de lo contrario se nos presentaba excesivamente tranquilo.
De todos modos, ¿qué es un huracán para nosotros?
Les puedo asegurar que solo un contratiempo, que si me han seguido sabrán que no sería el primero, con el único riesgo de perder la vida, algo que a nuestra edad, al menos la mía, se huele próximo.

Si no hay suerte llegaremos en avión, mochila en la espalda, primero para ayudar a conservar la naturaleza en la isla de Sal. Cuando nos aburramos o mi hijo se canse de nosotros, pillaremos una avioneta para visitar, siempre en plan aventura, otras islas del archipiélago eso si no conseguimos que nos lleve un velero o un barco de pesca. Nunca se sabe.

En fin, que como pueden imaginar de aventura mucha, la auténtica, la que llena y satisface; porque hasta ahora solo puedo dar fe de otro viaje de similar carácter, el de Cuba hará veinte años, con Amara, Joan y Vicki, también con mochila, sin guía ni alojamiento contratado, bastante tranquilo y lleno de divinas experiencias. El resto de mis viajes que muchos de ustedes podrían considerar aventura, vi y viví el HORROR, a veces tierno y otras descarnado. Y es que aunque no lo crean, el HORROR, aun siéndolo, muchas veces va acompañado de historias bellas y en muchos casos tiernas. Ya sé que es difícil de imaginar y aún más de creer, pero créanme si les digo que por mucho HORROR que sientan, vean o padezcan, la vida que hay en él está llena de belleza y de ternura.

 

A todo esto, como pueden observar no hay fecha de vuelta 😉

 

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