sábado, 21 de noviembre de 2009

A VECES MATAR NO ES UN CRIMEN

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"La luz que brilla con el doble de intensidad dura la mitad de tiempo". (Blade Runner)



¿Interesa a un trabajador el narcotráfico, la corrupción?
No.
¿A un industrial?
Tampoco.
¿Le conviene a un ejecutivo de empresa, a un profesional liberal: médico, arquitecto, ingeniero?
Es evidente que no.
Entonces, si la gran mayoría, no solo la occidental, no desea ni le conviene nada de todo eso, ¿por qué existen los paraísos fiscales?
Porque los gobiernos y la banca se niegan a desmantelarlos. No les interesa ni les conviene. En la última reunión del G20 lo dejaron muy claro, sobre todo Obama y Gordon Brown.
¿Para qué sirven?
Para esconder y manipular el dinero de la mafia, de la corrupción, del narcotráfico.

El típico procedimiento de investigación policial nunca falla: si encuentras a quién beneficia descubrirás el culpable del delito. En este caso es mucho más claro: dime quién lo defiende, alienta y monta y señalaré el delincuente.
Si nos acercamos a las islas Caimán, las Marshall, Jersey, Gibraltar, etc. descubriremos a toda la banca, desde el pequeño banco de Sabadell hasta el banco central ruso; desde el Santander hasta Caja Madrid. Allí están con licencias pagadas a los respectivos gobiernos locales, en despachos muchas veces situados en una vulgar vivienda. No se necesita más. El dinero es virtual, no se toca ni se ve, pero está. Es de los estafados de medio mundo, del erario público de cientos de países y está a nombre de distinguidos próceres, alcaldes, expresidentes, banqueros, financieros, narcotraficantes y mafiosos, dictadores africanos, traficantes de piedras preciosas, de oro...

El sistema es sencillo y nace desde las matrices bancarias. La legislación está perfectamente diseñada de manera que se pueda perder el rastro y la identidad de los beneficiarios; y el sistema bancario, aprobado por los distintos bancos nacionales, facilita su opacidad. Para ello es necesario crear en pequeños lugares: islas, principados... centros financieros extraterritoriales, que, aun siendo de soberanía de los grandes estados, mantienen una independencia controlada y están exentos de impuestos y de las leyes que rigen en las distintas metrópolis.
Con cien mil dólares se puede montar un casino virtual en cualquier islita de soberanía británica o norteamericana, el mejor y más seguro blanqueador de capitales; y con mucho menos una oficina bancaria.




El hombre es de naturaleza destructiva y, hasta que no se transforme, su historia y su vida estarán rodeadas de dolor: el que produce a su prójimo y el recibido por éste.
En apariencia solo una minoría es la destructiva: la que gobierna. Pero no, no nos engañemos. Debemos ser sinceros y aceptar nuestra naturaleza, solo entonces podremos combatirla.
La destrucción, la maldad, el terror producido a los demás; siempre buscando un ilegítimo interés, generalmente como excusa para esconder la verdad; por placer, morbosidad, sentirse superior sabiendo que no se es. Incluso el pacífico, el bondadoso cae en la tentación de la conmiseración hacia el débil; merecedor de su limosna o tiempo. Una refinada forma de destruir, atemorizar, hacer que el prójimo se sienta inferior y deba agradecimiento al presunto superior.

El hombre puede haber sido perseguido, sufrido el peor horror como el pueblo judío; y convertirse en el espejo de su verdugo al encontrar otra sociedad más débil. Y perseguirla, asesinarla, acorralarla con insana satisfacción por considerarla cultural y racialmente inferior.
Hoy, de todos los judíos, solo una inapreciable minoría se considera igual a los demás; el resto se siente superior, sobre todo en comparación a sus vecinos. Una mayoría considera a los palestinos no merecedores de vivir y una minoría se siente condescendiente con ellos. Lo único que impide su eliminación es la propia debilidad y la presión del extranjero. Tanto unos como otros son racistas y xenófobos, igual que sus antiguos verdugos, los nazis.




Leo una de las más bellas historias, la caída del muro de Berlín; la revuelta del pueblo alemán...
Realmente allí se conquistó la democracia gracias al pueblo, su mayoría. Aquí, si fuera por ella, aún viviríamos en un estado autoritario, medio africano y rodeado de democracias.
La gente, cuando me lee o escucha, se irrita y no debería. Y es que olvida con facilidad, sobre todo cuando se descubren sus vergüenzas y cobardías, que aquí solo lucharon unos cuantos, aunque con mucho empeño y en pocos lugares.
Es bueno, también, recordar que esa cosa que tenemos, que algunos llaman democracia aun siendo una vulgar partitocracia, se conquistó pese la encarnizada resistencia de algunos, que hoy navegan con la bandera constitucional como si solo fuera suya. Encarnizada y sangrienta la de Fraga y sus compinches, la de sus seguidores, algunos de ellos antiguos chacales y resistentes.

Vale la pena leer la carta que Pilar Nebrera envió a Rajoy.
Esta buena mujer, con la que me unen pocos lazos ideológicos, pretendió cambiar el sistema político desde los mismos partidos empezando por el suyo, el más inmovilista. Aunque debemos reconocer que habló con todos excepto IU o IC, que viene a ser lo mismo. La buena mujer habló, incluso, con ERC. El resultado ya lo conocemos, aún se ríen de ella.
La muy inocente quería terminar con la disciplina de voto, con el borreguismo intelectual de nuestros simpáticos dirigentes y con las dinastías políticas.
Me pregunto si alguien, algunos de esos dirigentes; sobre todo los del PP, se consideran más inteligentes que Nebrera. Es evidente que Alicia Sánchez Camacho no.
A mí, Montserrat Nebrera me cae bien, y no solo porque en una de sus mejores fotos lleve una camisa fabricada por mí.



Hace unos días ofrecieron por el canal 33, uno de los mejores de Europa y tan denostado por la caverna del resto de España, -no sé de qué se quejan si no lo ven ni lo pagan- un documental sobre la transición. Me gustó por el trabajo realizado y porque si lo unimos al emitido anteriormente saldría gran parte de la verdad. No pasa un año que realicen uno nuevo, cada vez más próximo, más certero.
No sé lo que esperan. Quizá que algunos pierdan la timidez y otros la rabia, quizá que muera su último creador, que todos conocen y no se atreven a nombrar.




No debemos perder la perspectiva. Dentro de mil años las palabras franquismo, partitocracia, ultraliberalismo... apenas tendrán importancia, en cambio amistad, traición o asesino seguirán teniendo el mismo significado.




He visto más horror del soportable, aun así no he vivido el peor: la guerra tal como la cuentan o es. La he visto, rozado... pero no la he sentido en mi piel; y eso es algo que, aun pareciendo una locura, he echado en falta, porque el que ha estado tan cerca de ella, de su injusticia y su crueldad, siente la necesidad de inmiscuirse.
En las guerras, mal que pese a literatos, filósofos y mentecatos, hay buenos y malos. Los primeros son la víctimas, los desposeídos y atacados; los segundos son los agresores.



Siempre intuimos para quien trabajábamos, y si lo aceptamos es porque consideramos que era lo mejor. Creer que la libertad o la democracia llegaría exclusivamente a través de la revuelta era, no solo era impensable sino estúpido.
La ciudadanía no estaba por la labor, no sentía la necesidad o, en todo caso, no creía que mereciese la pena luchar por ella. Y gran parte del país apostaba por la dictadura paternalista y permisiva.



A veces matar no es un crimen y otras no hacerlo podría serlo.


Ayer leía del Impresentable, una imaginaria historia cargada de sofisticada morbosidad, tan divertida y excitante como imaginaria. Y al terminarla recordé una historia parecida, real y mucho más morbosa y brutal. Y aun siéndolo, Amara me comenta que no fue la mejor ni la más salvaje.




Estos días de hospital y dolor han servido para demostrar dónde llega el límite del amor y la amistad.
Mónica ha venido cada día y no de visita sino para estar con su amiga, a oscuras o hablando con ella. José la venía a buscar y pasaba un par de horas para hacerle compañía. Joan ha movido cielo y tierra buscando los mejores médicos y Vicki a todas sus amistades, comprometiéndolas hasta el límite.
Cada noche Vicki me llamaba, la primera llorando desconsoladamente, su amiga-hermana-amante estaba gravemente enferma y no podía remediarlo. Vicki no es Mónica. Parece más fuerte y dura, y es todo lo contrario. Es difícil encontrar una persona con la templanza y seguridad de mi amiga.
Una noche la pasé con ella. Supongo que Amara se lo pidió, aunque no hubiera hecho falta. Mi compañera siente la necesidad de verme bien, feliz, y sabe que para ello nada mejor que la compañía de mi amiga-hermana-amante.
Hablamos de mil cosas, nos amamos y, divertida, leyó parte de este escrito.




A menudo, cuando rememoro mis historias, me doy cuenta hasta qué punto son impublicables de tan fantásticas y, en apariencia, imposibles. Y al escribirlas me contengo, quiero que sean verosímiles y las recorto.
Y todo esto viene porque ayer, de noche, pasé con la bicicleta frente una antigua casa-comuna y recordé quienes vivían y lo que se coció en ella. Cómo conseguí, sin mediar nadie más, la complicidad absoluta de innumerables médicos y enfermeras del Clínico. La información que recibimos, su ayuda en momentos difíciles, nos facilitaron y abrieron muchos caminos.


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7 comentarios:

  1. Me gustan tus reflexiones...Y tu vida es muy interesante.

    Muchos besos.

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  2. Admiro como sigues teniendo intacta la pasión por la política, yo hace tiempo que me repatea todo, me cuestiono cosas por las que antes hubiera dado un brazo, he perdido la fé, ahora soy agnóstica política y de todo, sólo siento confusión y asco.
    Deseo que todo fluya para bien Pau, tú ya sabes.
    Abrazo
    calma

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  3. Siento pasión por la verdad y la libertad, y eso me lleva a la antipolítica.
    La verdad es que la política me asquea tanto como a ti.

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  4. Cuando hay una manzana podrida siempre pudre a las demás. Cuando hay muchas podridas... no te quiero ni contar.

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  5. Aunque no conozco los antecedentes de todo lo que mencionas; es claro que mientras unos buscan como comer del vecino debajo de su mesa; hay otros que no nos conformamos con migajas de democracia. Uno de los males que tenemos es el considerar que los partidos políticos tal como están diseñados son los baluartes de la democracia pura. Todo el sistema está diseñado para mantener el status quo y los narcotraficantes y blanqueadores de capitales mal habidos también lo saben. Un abrazo amigo. H.

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  6. A mi entender, hay paraisos fiscales mucho más cerca. ¿Cómo se puede explicar que Cambados, un pueblo de Pontevedra, tenga 13.000 habitantes y haya 15 bancos? ¿ Para tanto da la pesca?

    Y desde luego no comparto lo de la guerra.
    Es probable que inmiscuirse en ella, sea fácil.
    Salir de ella, mentalmente sano, no es probable, ni es posible; salvo que nos guste demasiado el olor de la sangre.

    Un abrazo para Amara y otro para todos.

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  7. "A veces matar.."
    Esa frase es terrible. Pero está llena de razón.

    Nos hemos vuelto insensibles a casi todo. Sólo nos motiva, en un par de días o tres, aquello que nos muestran en prime time en un telediario. Ya no nos lleva a la ira ni a la revuelta ni siquiera, el ver como nos toman por imbéciles y se ríen de nosotros.

    Has conseguido algo inimaginable: que me dedique en google a ver fotos de Nebrera (persona que no es en absoluto de mi simpatía) para ver esa camisa. ¿Ves? No soy mejor que nadie. Al final sólo me ha calado el cotilleo de la camisa.

    Saludos.

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