Si alguien me llega a decir hace seis meses que me liaría
así, seguramente lo habría mandado a paseo; pero quién iba a decirme que un
amigo y competidor me ofrecería la fusión nuestras respectivas
empresas, la suya varias veces más grande que la mía, al percatarse de mi falta de
interés y mis ganas de retirarme.
-Te doy el 30% de mi empresa, a cambio de tu tecnología y tu diseño.
-Te doy el 30% de mi empresa, a cambio de tu tecnología y tu diseño.
Nadie sabe porqué acepté, ni siquiera yo. Quizá porque
me aseguró poca presión y carta blanca, una provocación para mí; tal vez porque
me prometió las tardes libres, aunque desde entonces no haya conseguido ninguna. El
resultado es que trabajo más que nunca.
Instalé mi sistema en su empresa,
el mejor del mundo todo hay que decirlo, y lo preparé para trabajar telemáticamente
desde mi casa –por si me compro un yate– le dije con ironía, sin embargo, solo
me ha servido para trabajar también de noche.
Si alguien me llega a decir hace seis meses que me liaría
con un partido político, aparte de mandarlo a paseo, me habría reído en su cara.
Pero quién iba a decirme que, por un extraño gesto de solidaridad, ofrecería mi
casa para albergar un delegado extranjero.
Nadie sabe porqué lo hice, ni siquiera yo. Seguramente
estaría aburrido o volviera a leer el ideario, al preguntarme una vez más cómo
un hippie anarquista como yo se había podido afiliar a un partido.
Si alguien me llega a decir que a los sesenta y uno me
liaría de esta manera, probablemente lo habría mandado a paseo; pero es lo que
hay y ya nada se puede hacer.
Mis hijos, Amara, Artur, Mila... la gente de mi entorno dice que mi vida es apasionante, sin embargo, yo la encuentro estresante. Dos cosas tan distintas que solo una puede ser la acertada. Ya veremos qué dirá cuando José me recete medicación antiestrés, en cambio de antipasión.
Mis hijos, Amara, Artur, Mila... la gente de mi entorno dice que mi vida es apasionante, sin embargo, yo la encuentro estresante. Dos cosas tan distintas que solo una puede ser la acertada. Ya veremos qué dirá cuando José me recete medicación antiestrés, en cambio de antipasión.
.
Pues si te diviertes harás bien en seguir adelante, ahora que si te agobia el trasiego, manda todo a paseo y que remen otros, O no me hagas caso, que para eso del estrés tengo ya tengo hecho el cupo desde hace tiempo y no razono.
ResponderEliminarDicen que estamos en lo mejor de nuestra vida, pero que va.... es mentira. Yo cada día estoy mas harto. Debe ser el estrés seguramente lo que si es cierto es que yo era un multitarera y ahora de vez en cuando tengo que apuntar algo porque si no acabare olvidándome.
ResponderEliminarPero el gusanillo ese de estar de vez en cuando al borde en el cable ahí arriba muy alto sigue resultando muy divertido.
Si es que eres un valiente... y estás tan vivo¡ felicidades futuro o ya potentado caballero y bienvenido al mundo de los estresados, o bueno, seguramente ya lo estabas antes también.
ResponderEliminarBeso
De potentado nada.
ResponderEliminarCada vez que la lío me cuesta dinero
La vida es cambio, también es genial sorprenderse a uno mismo... para bien o incluso no para bien, sorprenderse.
ResponderEliminar¡ Hijopordios!
ResponderEliminarNo tienes remedio.
¿Antipasión? Eres genial
Besos
Luna
Cierto, para sentirse vivo solo hay que mantener la capacidad de asombro y ser capaz de cambiar tantas veces como sea necesario.
ResponderEliminarNo te engañes... reconozco que mi vida empieza a ser apasionante, pero mucho más estresante.