martes, 6 de julio de 2010

JASMÍN, LA MUJER FLOR

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Doy la vuelta a la libreta, lo hago cuando dejo de escribir el libro y me pongo en eso.
Hace unas cuantas semanas que salgo con una chavala. Tiene 29 años y es de Marrakech, preciosa, dulce y con un carácter que me encandila. Me la presentaron mis amigos americanos con el convencimiento que nos entenderíamos.
El que no me conozca pensará: ya está el viejo verde de Pau haciendo de las suyas. Pero no, no es eso; en todo caso mi intención era presentarle la caterva de jóvenes amigos que tengo por ahí.
Este domingo, mientras compartíamos unas cervezas, se lo dije. Se rió mucho… -Para ligar me sobran los tíos, pero para escuchar música, compartir experiencias, charlar… me gustas tu- me dijo.
Qué queréis que os diga. A un tipo como yo estas cosas le llegan al corazón.

Nos gusta ir a antros de jazz, a cuevas inmundas de los barrios más sórdidos de Barcelona, allí donde ella no esconde su procedencia y, desafiante, mira los paquistaníes a los ojos cuando les pide unas cervezas.
Y hablamos de la India, de Alemania, de Francia, en las que vivió un tiempo, y de los EEUU, de donde tiene pasaporte. Y del Pakistán y la Cachemira que conocí, tan distintas a la actualidad, y de Cuba.
No le gusta París. Le pregunté por qué y se rió… ¿Será por los franceses? Me respondió.
Y hablamos de mis blogs, de economía…

Para saber lo que leo, solo hay que entrar en mis enlaces de este blog, es fácil, y uno en los que más entro es “Nada es gratis”. El mejor para aprender e informarse, para entender lo que pasa y cómo pasa. Pero para saber el por qué y lo más primordial: cómo salir del atolladero, nada mejor que tomar unas cervezas con nosotros, en uno de esos antros de música, y que pocos tienen suficientes arrestos para entrar.

Hace tiempo mi amigo bloguero me comentó que le gustaría conocer a Mónica, mi querida y amada Mónica, la de mi historia y del libro que pronto escribiré. Y le dije que cuando supiera de Anna, también querría conocerla. Y es que fue ella quien ayudó a hacerme hombre las dos veces que me hizo falta. La primera cuando todavía no lo era y la segunda cuando olvidé cómo se era.
Todos necesitamos de otros para marcar nuestra vida, para convertirnos en lo que somos. En mi caso todos fueron mujeres. Mi nueva amiga podría haber sido una de ellas. Cuando estoy con Jazmin olvido su sexo, su edad, la mía, el mío… A ella le pasa igual. Llegará el día que no será así, espero que entonces sea lo suficiente hombre para saber donde está mi lugar.

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2 comentarios:

  1. Te admiro Pau y te envidio, yo llevo un año y pico luchando contra una relación entre otras cosas(yo tengo pareja hace años), porque tiene 32 años y no salgo de ahí, bueno, ahora creo que por fin empiezo a dormir, aunque sigo muy enganchada. Y le he hecho daño y el a mi también, no tenemos calma, es muy complicado.
    Disfruta esas vivencias de esos antros que a mi me encantan, puedo imaginarlo, disfruta mucho Pau, un poco por mi también.
    Un abrazo me alegra que Amara mejore.

    6 de julio de 2010 18:33

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  2. Pau, tú disfruta y punto. Disfruta y haz disfrutar como siempre preocupándote siemore de que haya amor :)

    Un abrazo

    María Camín

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