Puente de la Vidre, en el río Cares |
Playa de Nueva |
Me cuenta Laura, la propietaria de la casa rural donde
hemos estado, que el turismo nacional representa más del 90% del total; una insoportable
barbaridad económica, que ahora incide negativamente en la industria de un país
muy dedicado al turismo. También me cuenta que el bajón en ingresos turísticos
podría llegar al 40%, cifra muy parecida a la caída del número de visitantes.
Con solo pasear por sus playas o por los senderos de sus
montes, uno ya se percata de ese desequilibrio. Los turistas extranjeros son
una abrumadora minoría, tanto que en algunos lugares ni se les ve.
El gobierno regional debería promocionar el turismo en el
extranjero para diversificar los riesgos y aumentar la riqueza del país. El
problema es que la mayoría de las empresas hoteleras son rurales y familiares,
muy pequeñas y de gran calidad, entre cuatro y diez habitaciones por casa
rural. Este mes de agosto muy pocas han llenado y el mes de julio ha sido
espantoso. Los restaurantes, los chiringuitos de playa y las tiendas de
productos de la región, también han sentido el bajón en la misma proporción.
Una región bellísima, que puede mantener fácilmente la
calidad turística, no debería pasar esas estrecheces. Laura me explica que se
podría promocionar el turismo de senderismo, con paradas en las distintas casas
rurales de una zona determinada; el de la visita de los parques naturales, casi
únicos en toda Europa. La tierra del oso y del lobo, de los bosques de castaños
y de hayas; del mejor queso, con algunas variedades desconocidas para el resto
de España. Y un montón de cosas poco comercializadas que se pierden o se
infravaloran.
Para desarrollar el turismo en una zona con miles de
pequeñas empresas hoteleras, nada mejor que crear empresas mixtas del gobierno
regional junto a cooperativas de casas rurales. Desde esas empresas se podría
promocionar el turismo a gran escala y coordinar su flujo entre sus asociados, y
organizar rutas, tanto en la costa como en el interior.
Se me ocurren muchas otras cosas, por ejemplo: una
empresa mixta de alquiler de bicicletas, con estaciones en cada población, en
la que puedan ser recogidas o devueltas, dependiendo de la ruta seguida; y un
larga lista que ahora no viene a cuento, para la que se necesitaría un estudio desarrollado
por gente del país. En todo caso generar una riqueza a partir de lo que abunda
y se infrautiliza, que también serviría para promocionar los productos del país.
.
Pues leo durante estos día un interesante y recomendable libro: "Estadística para emprendedores" que me ha enseñado mucho sobre la gestión hotelera y que considero imprescindible, pero al margen de ello, intereses opuestos encontramos en el norte. Por un lado los que quieren desarrollar y por otro los que desean conservar.
ResponderEliminarLo que propongo es desarrollo sostenible, pues para llevarlo a cabo no se necesitan más hoteles sino llenar los existentes, tampoco vender más de lo que hay sino evitar tirar lo que sobra, ni hacer nuevas carreteras sino tener dinero para mantenerlas sin necesidad de déficit o aportaciones de otras comunidades, ni abrir nuevos senderos sino cuidar y limpiar los que hay.
ResponderEliminarPor ejemplo: de seguir así, al FEVE lo cierran en un abrir y cerrar de ojos, sin embargo, si viene más turismo de paisaje y se promociona adecuadamente, los trenes harían más viajes y llenos. Resultado: la misma infraestructura, el mismo recorrido, las mismas locomotoras... pero más viajeros, más frecuencia y la salvación del servicio.
Para crecer no hace falta construir o destruir sino optimizar y crear más plusvalía.
asturias mi gran cuenta pendiente jeje, seguro que voy a irrrr :)
ResponderEliminargracias por compartir y un saludo!
ResponderEliminarEl camino de Santiago que pretendo tomar pasa por allí
ResponderEliminarPau, espero que los hoteles existentes sobrevivan y mientras tanto se haga realidad algo lo que tú (y supongo otros) propones.
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