miércoles, 6 de julio de 2011

UNA NOCHE DE VERANO

______________________________









Ayer hablé con mis dos hijos y sus respectivas parejas hasta las dos de la madrugada. Primero sentados en la escalera de una plaza del barrio gótico, frente al piso que compartí con Anna y comiendo unos kebabs. Me permití hablar unas palabras en urdu con el pakistaní. Mis hijos no esperaban ni conocían esta faceta, la tenía bien guardada. Más tarde seguimos en mi lugar preferido con unas caipirinhas. Antes habíamos estado en los jardines de la Universidad central, escuchando a la preciosa e incomparable María Rodés.

He impreso dos copias de mi primer libro, una la he dejado sobre mi mesa, para que puedan leerla antes de la última corrección.
Así, como quien no quiere la cosa, les he pedido que subrayen con un lápiz lo que consideren mal escrito.
-No cambiaré nada de lo que hay. En caso que lo edite se levantarán ampollas y muchos me retirarán la palabra; pero si a los sesenta uno no puede permitirse contar la verdad, mejor que desaparezca.
Eso les dije después de contarles quienes son y han sido Anna, Mónica, Joan, Jep, Tony y Mireia para mí, cómo los conocí, y quién fue Carlota.
Ahora estoy corrigiendo digitalmente mi segundo libro y pronto estará listo para ser leído. Pero antes que nada quiero que sepan quién fue su padre. Mientras tanto ya he empezado el tercero.

.

2 comentarios:

  1. No pude ir a ver a María Rodes, me hubiera gustado mucho, pero me fue imposible, últimamente llevo una marcha de trabajo que no se sostiene, de verdad, no exagero, se han juntado varias circunstancias que me abocan al stress y que espero no haga mella en mi.
    Me parece correcto que te importe poco lo que opinen los demás en cuanto tu libro, que es tu vida, y es la que ha sido y la que es, y eso es intocable.
    Espero poder leerlo con mucha calma, con muchas ganas.
    Un beso Pau

    ResponderEliminar