_________________________________________________
Hace años, más de diez, una joven amiga me dijo que lo nuestro
había sido poliamor, una palabra entonces desconocida para
mi.
¿Poliamor? ¿Y eso que es?
Me lo explicó y respondí
que algo de ello había, pero ni enteramente ni en la mayoría de
nuestras relaciones. Ahora, pasados muchos años de nuestra historia
y con algunos de sus protagonistas desaparecidos, leo que en ciertos
círculos “profesionales” se habla de “relaciones
afectivo-sexuales”. Y me río del empeño por parte de esos
“expertos”, en disfrazar con definiciones más o menos cultas lo
que para nosotros se limitó a jolgorio entre un grupo de amigos y
amigas bastante abierto, que se pasaron por el forro los prejuicios
de la época.
¿A qué viene eso?
Pues que en uno de mis
paseos por el río, un viejo amigo me ha llamado para saber de
nosotros, lo cual ha sido bastante traumático, dado que al enumerar
a los que hemos ido dejando por el camino, hombres de entre sesenta y ocho y setenta años, aparte de Carla con sesenta y uno, el pobre no paraba de exclamar: ¡no
lo sabía, cómo no me he enterado!
En fin, ha sido muy triste,
más para él, que de golpe ha descubierto que había de sacar un
montón de nombres de su agenda. Sin embargo, no ha sido impedimento
para decirme que lo “nuestro” (entrecomillo porque apenas
participó, aunque no fuera óbice para marcarlo de por vida) había
sido… no recuerdo las muchas palabrejas utilizadas a medida que yo
le iba respondiendo: podría ser, pero no.
Es increíble lo que llegan a inventarse los “expertos” a saber de qué, para definir las distintas variantes afectivo-sexuales que existen en la humanidad. El empeño que ponen en dar nombre a cualquier cosa que el ser humano inventa para socializar o simplemente pasarlo bien entre amigos.
Finalmente, para hacerlo feliz, por no decir callar,
terminé diciéndole, ¡eso último es lo que más se le parece!
¿La
palabra?
Pues no la recuerdo, pero les puedo asegurar que se
acercaba tanto como las demás. En cualquier caso, la conversación
sirvió para recuperar un contacto olvidado, y para rememorar, con un
poco de sonrisa y otro de tristeza, unas historias que jamás podré
olvidar.
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario