jueves, 26 de agosto de 2021

Buscando el Límite, 2ª parte

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Hace un mes que no caminaba así, de eso que mi organismo empiece a dar síntomas de cansancio antes de lo esperado. A los ocho kilómetros mi rodilla y mi cadera derechas han empezado a hacerse notar, además de mi pie izquierdo, algo que creía tener superado. No he sentido dolor sino una llamada de atención, como si todos ellos quisieran recordar a su propietario que existen. Cierto es que a los doce ya no notaba nada, solo cansancio, y a los dieciséis o diecisiete, que es cuando he subido al tren, mucho agotamiento. Hace un mes conseguí llegar a los treinta pelados, eso sí, al borde del colapso. Debo decir que todos esos kilómetros los hago de una tirada, con una mochila de siete kilos y un descanso de 15 minutos a medio camino. Si paro a los ocho ya sé que más de dieciséis o diecisiete no podré hacer.

A los veinte años, con Anna hice cientos de kilómetros en unos veinte días más o menos, andando algunas veces a más de cuatro mil metros de altura y muy pocas a menos de tres mil, con una mochila de quince kilos o más. Y digo cientos porque nunca supimos cuántos hicimos, entonces no nos importaba porque no le dábamos valor.
A la vuelta me pesé, lo recordaré siempre porque nunca más conseguiría llegar a tan poco, setenta y dos kilos. Ahora, con setenta años, cincuenta más que entonces, peso noventa y dos, y si en tres meses llego a los 85, lo celebraré con una cerveza sin alcohol. Tres meses porque es cuando el médico del hígado me hará la revisión.

A eso hemos llegado, y mejor no quejarse porque de todos los amigos de mi edad, el que más se me acerca quizá llegue a los diez kilómetros, sin mochila y tras maldecir mil veces su rodilla y su cadera.

No estoy bien, nada bien. Preparado para el Camino Primitivo sí, pero al pelo. Eso sí, sin los pies destrozados, sin dolor de espalda y con ganas de hacer unas risas por la noche con el resto e caminantes.

Hoy un amigo me ha preguntado por qué lo hacía.
Sentí que algo de mi organismo no funcionaba correctamente, y en mi delirio quise creer que me había anquilosado. Luego, ya ves, el médico descubrió que mi hígado estaba jodido. Gracias a mi empeño, lo que otros hubieran traducido en temor u obsesión, quizá haya llegado a tiempo de salvarlo. Veremos...

Dice Amara que no puedo quejarme, que la mayoría de personas de mi edad, y demasiadas de más jóvenes, ni siquiera se lo plantearían; y, de hacerlo, lo más probable es que terminaran reventados.

En fin, que ni de lejos soy quien era, y que debería aprender a envejecer. Otra cosa es que lo haga, algo que ahora mismo veo improbable.

 

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2 comentarios:

  1. Pues te puedes dar con un canto en los dientes, yo con mi tobillo izquierdo lo máximo diez, eso si con una tobillera y un bastón rustico que fabrico en su día mi suegro para cuando hay mucho cancho de por en medio y es que tengo los ligamentos y tendones como un chicle ya. La ultima vez, me rompí el peroné en espiral simplemente porque pise hierba mojada y en vez de resbalar el pie como seria lógico en horizontal y hacia adelante y caer de culo, me hizo la gracia de quedárseme mirando hacia atrás completamente, giro de 180 grados, que por cierto no me dolió en absoluto al ser como de goma. Pero si que caí sobre mi pierna de ahí esa fractura tan sui generis.

    Ahora estoy cabreado porque he engordado y peso 76,3 y es sabido y ya me lo advirtió mi hepatóloga que cada vez que me voy de 75 mis transaminasas se van de juerga. Cuando peso 71 estaré siempre en el limite. Yo también tomo 0,0 o sin alcohol pero ya me dijo que podía tomar de la otra porque lo mío no es por culpa del alcohol. Y a mi pregunta de...: - ¿Si me muero de esto, van a decir que por borracho? Contesto. Sí.

    Es una putada no pode tomarte a veces ni un paracetamol, aunque a mi me faltan aun dos años para alcanzarte tus 70. Pero pelillos a la mar yo todos los días como mínimo haga frio o calor seis kilómetros es el limite por abajo.

    Salud

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    1. Joder!
      Pues algo peor sí que estás.
      En tres meses sabré si mi hígado ha revertido su degradación. Hasta entonces, bondad absoluta y consumir calorías a destajo. Sino la revierte, pues seré de esos que la palman por borrachos, pero sin beber.

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