domingo, 22 de abril de 2012

UN ADIÓS

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Me siento a su lado, le acaricio la mejilla...
-Papá, tenemos que hablar. Hemos encontrado una residencia para ti, podrías entrar el lunes, es preciosa, con jardines, Neus trabaja de enfermera. Estarás bien. Tu hija vendrá todos los días y los fines de semana iremos a buscarte. Quiero que entiendas que ya no podemos seguir estando todo el día contigo. ¿Te parece bien?
Afirma con la cabeza. Ha pasado diez días en el hospital, durante los cuales hemos estado hablando todas las noches, y catorce en mi casa; y lleva dos en la suya, en compañía de mi hermana y uno de sus nietos.
Me dijo que quería volver a su casa, que echaba en falta su cama, su cuarto de baño... Lo entendí y organicé el traslado. Sin embargo, Amara lo vió de otra manera.
-Tu padre quiere morir en su casa -me dijo.
Hablamos de llevarlo a un hospital, a una residencia... Me negué. No quise que terminara así, antes preferí que se quedara en mi casa, entre los suyos. Pero los médicos geriatras, al contrario que Amara, dijeron que aguantaría meses, incluso un año.
Vuelvo a mi casa mientras recuerdo nuestras últimas partidas de ajedrez, las últimas charlas en el sofá, sobre economía, sobre la moneda paralela, de la que estoy preparando un artículo para un amigo economista, y sus ideas de cómo crear un banco malo; y también del futuro, del pasado, de la familia y de sus antiguos amigos.
Por la noche me llama mi hermana.
-Papá no quiere comer ni tomarse las pastillas.
Si mi hermana pudiera ver mi rostro, solo apreciaría una callada sonrisa. Mi padre ha decidido morir. Ha vivido como ha querido y hasta el límite, ha enfermado rodeado de los suyos y ahora ha decidido morir.
Mi ensoñación termina pronto.
-No te preocupes, Xavi pasará la noche con él.
Me encojo de hombros. Xavi es su nieto mayor y el que más lo echará en falta.
A las seis vuelve a sonar el teléfono. Es otra vez mi hermana.
-Papá ha muerto mientras Xavi le leía un libro.
¿Sentimiento de dolor? ¿De alegría?
No sé cómo definirlo. Lo seguro es que mi padre ha ganado, incluso esa última partida de ajedrez.

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8 comentarios:

  1. Es duro ver partir a las personas que amas, pero cuando ves que ellos quieren hacerlo, deseas que llegue el momento por eso y descansas porque ellos lo hacen también, uff esto me duele Pau, he visto morir a demasiada gente querida, tengo la mala suerte de ser la menor de toda la familia tanto de padre como de madre. Bonita forma de morir, escuchando como te lee tu nieto, preciosa.

    Lo siento Pau, te abrazo cálido y fuerte.

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  2. Cierto, una preciosa forma de morir.
    Durante el funeral la gente me daba el pésame y no sabía qué responder.
    Debo reconocer que mi padre ha sabido aprovechar lo que, por último, la vida le ha brindado: morir con dignidad.

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  3. Mi padre murió en su casa, en su cama,... por decisión mía y de mi madre. Yo tenía una mano y mi madre la otra.

    Odio los hospitales.

    Tu padre murió donde se encontraba bien.

    Un inmenso abrazo!!

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  4. Pau
    una abraçada tendre plena de llum per vosaltres!!!!

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  5. Si damos el pésame a los que se quedan, es con razón, porqué a partir de ese momento deben seguir ellos solos hacia adelante. Mis condolencias y mi admiración ante tanto valor. Un fuerte abrazo.

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  6. Acabo de llegar y me encuentro con tu escrito.

    Un beso.

    *Nunca sé que decir.

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  7. Un beso Pau... grande.

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