martes, 16 de agosto de 2011

CERCA DE GRAUS

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Este dibujo fue publicado el 13 de Enero de 1909 en la revista satírica Papitu, y se titula "El bloque de las grietas".
Como puede observarse, nada ha cambiado.
Clicar sobre el dibujo para verlo en su tamaño.

En Huesca, una vez más con el Turbón al fondo y el precioso pantano del Grado a mis pies, después de haberme bañado en sus limpias y frescas aguas…
Amara, sentada sobre una gran piedra, lápiz en mano corrige “Piel de salamandra”

Y como quien no quiere la cosa, me llama la atención sobre la cantidad de sexo existente al comienzo de mi primera novela. En principio no debería opinar sobre eso, lo sabe y si lo hace es por algo.
La repaso… no hay más del que debiera, tampoco se trasluce obsesión.
Un chaval de diecisiete, dieciocho… buena parte de su pensamiento lo dedica al sexo. Es natural y sano, sin embargo, ese no es el caso; el protagonista no padeció ninguna obsesión por el sexo, más bien pecaba de ser templado y muy reticente a él.
Amara dice que al tratarlo soy demasiado explícito. Y le pregunto si encuentra algún fallo en la descripción que hago de las personas, de los edificios, de los paisajes…
-No, al contrario, los expones y los detallas muy bien –me dice.
Y me alegro. Eso significa que algo bueno he extraído de las enseñanzas de mi maestro.
-Pues tal como detallo las personas, las casas, los paisajes… así hago con el sexo; el poco que pudo disfrutar un chaval, de los diecisiete hasta los veinte.

Y me pregunto qué dirá cuando lea mi segundo libro, en el que el recuerdo es más vivo y fresco, por ser más próximo; cuando el protagonista entró en una cierta madurez y conoció a Mónica, a Carlota… cuando realmente empezó a disfrutar del sexo por lo que es.
Es evidente que el tercer libro, del que es protagonista, no podrá corregirlo, ya que si en los dos primeros, el sexo es anecdótico y solo aparece en parte de unos pocos capítulos, éste podría muy bien ser un libro de relatos eróticos, que dejaría en mantillas a cualquiera de ellos en todos los aspectos; desde el más explícito de entre los escritos al efecto, hasta la famosa trilogía de Henry Miller.

Estamos en casa de Pili, la Mila de mi novela, disfrutando unas cortas vacaciones, las que mi nueva empresa puede permitirme y la salud de mi compañera puede resistir. Ella, mientras tanto, navega en su velero por el Mediterráneo. Mal mar para hacerlo en Agosto, pero de algo hay que vivir, me dice por teléfono desde vete a saber qué puerto.
Excursiones, pantanos, piraguas, buena comida y gente sencilla y noble, la que más me gusta… ¿Qué más quiero?

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